Blanca Suárez: “El amor me sienta maravillosamente”

Blanca Suárez fue entrevista el 329 de Mayo por la revista Vanity Fair. Aqui os dejamos la entrevista completa, y los datos que nos da la Revista. Fuente Vanity Fair.
- Estrena el viernes 1 de junio ‘Miel de naranjas’, la nueva película de Imanol Uribe
- La cinta aborda una historia de amor, dolor y secretos en los años 50
-“La fama puede llegar a desbordar”, confiesa la actriz protagonista de  ‘El barco’
-“Estoy feliz de estar en la vuelta a la comedia de Almodóvar”, asegura Suárez

Entrevista a Blanca Suárez 

Blanca Suarez, el pasado viernes, en los cines Roxy B. Foto: CC

Blanca Suárez llegó bastante cansada, directa del rodaje en Valencia de ‘El Barco’ (A3) al cine de Madrid en el que se había organizado el pase privado de su nueva película. Vestía muy veraniega y muy cómoda: shorts vaqueros, camisa a cuadros y unas sandalias muy bonitas y muy altas. Llevaba la cara casi lavada, lo cual le favorece tanto como le favorecería a cualquier joven de 23 años tan guapa como ella. Porque Blanca Suárez es muy, muy guapa maquillada y con vestidos de diseñadores de renombre, desde luego, pero lo es más todavía cuando se presenta tan natural y espontánea como el viernes pasado.

Tiene los ojos claros, grandes, inocentes todavía, y parece muy tímida y muy cauta, al menos en un primer momento. Es como si desconfiara de los periodistas. Como si hubiera comprendido prontísimo, por haberlo padecido en sus carnes, los peligros de ese vicio en el que a veces caemos al moldear las declaraciones de un entrevistado. Y, sin embargo, cuando pasaron unos cuantos minutos de conversación, no muchos, Blanca se relajó, empezó a reír y a soltarse e, incluso, mandó a la porra algunos de sus filtros. Entonces descubrí a esa chica dulce y espontánea de la que me habían hablado amigos comunes.

¿Qué te atrajo de esta película de Imanol Uribe?
Yo tenía muchas ganas de hacer una peli de otra época que no fuera la nuestra y además tenía muchas ganas de trabajar con Imanol. Lo admiro, y cuando me enteré de este proyecto hace bastante tiempo le pedí a mi representante que se informara de las posibilidades. Me olvidé del tema y pasaron los meses hasta que me llamaron y me dijeron: ‘Te hemos conseguido una prueba’. Fue un proceso duro, pero al final el papel fue para mí. Todas las historias se pueden contar en todas las épocas, pero me atraía la estética, incluso el hecho de disfrazarme un poco.

Blanca Suárez, en una imagen del filme.

Sigues con ‘El barco’ (A3) y en nada comienzas a rodar de nuevo con Almodóvar. ¿Cómo fue cuando te confirmaron que estarías en el reparto de ‘Los amores pasajeros’?
Imagínate… Pedro me dijo hace mucho tiempo, ‘oye, voy a hacer esto y me gustaría contar contigo’, pero estas cosas son como son y hasta que no te lo confirman y firmas, no lo sabes seguro. Estoy feliz de repetir con Pedro y de estar… ¡en la vuelta a la comedia de Almodóvar!

Después del personaje tan dramático y desgarrador que tuviste en la anterior, un poco de risa se agradece.Desde luego, y yo creo que esta peli va a ser más loca, si cabe, que cualquiera de las que ha hecho hasta ahora, ja, ja.

Blanca ya reía. Hablábamos en la segunda planta de los Cines Roxy B de la calle Fuencarral de Madrid y estábamos solos. Su representante no es una de esas que mete las narices en las entrevistas de sus célebres criaturas, algo muy de agradecer, y desde arriba se escuchaba el run run de los invitados, que estaban en la planta de abajo y que eran en su mayoría amigos del director Imanol Uribe, pues no era una première de las de focos, poses, flashes e intercambio de vanidades. Era una cosa rara, un pase privado y nocturno para el equipo de la película (actores, guionista, productores…), los amigos y unos cuantos privilegiados que por h o por b se encontraron con cine y cóctel gratis, “el plan perfecto para un viernes por la noche”. Enrique González Macho, presidente de la Academia y productor del filme, recibía a unos y otros en la planta de abajo. Y en la planta de arriba Blanca, que ya se había quitado algunas capas de cebolla con las que tiende a protegerse, seguía respondiendo a las preguntas tranquilamente. Definitivamente, era el momento de preguntarle por Miguel Ángel Silvestre, pero, ¿cómo hacerlo? Igual se sentía molesta o daba la entrevista por concluida o algo así.

“Ja, ja, claro, tú pregunta lo que quieras”, dijo, y entonces le pregunté por el amor. “El amor me sienta maravillosamente. Pero no sólo ahora: también cuando tenía 15 años. ¿Nos pasa a todos, no? Cuando una está enamorada, está feliz. Y sí, yo soy muy romántica, siempre lo he sido. Pero también pienso que es importante estar bien cuando estás sola. Es lo más difícil, estar con una misma. Fácil de decir, difícil de conseguir, ja, ja”.

El mes pasado te vimos en algunas portadas junto a Miguel Ángel Silvestre, pues promocionabais vuestra película ‘The Pelayos’. ¿Fue difícil para ti, que siempre has tratado de ser muy discreta con tu vida privada, hacer esas portadas con tu pareja?
No, para mí no fue nada difícil porque una cosa es hacer una portada juntos y otra significa hablar de nuestra vida. Yo lo ví como una cosa de trabajo y de promoción de una película, lo que no puedo controlar es lo que escriban después. Sabíamos que era imposible que no se hablara del tema pero me parece a mí que se le ha dado más importancia de la cuenta…

De todas formas, una cosa es no hablar de tu vida privada y otra es vivir a escondidas, ¿no?
Por supuesto. Yo no me escondo. No pienso esconderme ni dejar de hacer mi vida por lo que se pueda decir. Y es que si vas escondiendo al final no vives, y tampoco es plan de quedarte soltera para toda la vida para que no te saquen en las revistas, ja, ja.

¿Te has sentido algo desbordada por el fenómeno fan o por tu fama, que no ha dejado de crecer en todo este tiempo?
Me he ido acostumbrado, pero es un fenómeno que al principio te parece raro, y hay cosas que todavía me violentan un poco. Me resulta extraño, por ejemplo, cuando un amigo y yo estamos hablando de nuestras cosas y nos interrumpen todo el rato. Porque yo intento centrarme en mi amigo, que se merece mi atención, y hay veces que es complicado. Por eso en ocasiones digo, “basta, no puede ser”.

Por eso, porque lleva una vida frenética y de aviones, un ir y venir permanente, de un acto a un rodaje, de una ciudad a otra, de una serie a una película, intenta aprender a relajarse. “Después de pasar una época más nerviosa, comprendí que no podía seguir así o iba a morir de un susto, ja, ja… Como hay poco tiempo para un paréntesis lo que trato es estar tranquila y encontrar paz en el momento y en el sitio en el que esté. Trato de no darle importancia a las cosas, tomarme todo con calma. Realmente, hay que quitarle importancia a cosas que no la tienen. Y hay muy pocas cosas que la tienen. En el plano profesional, lo único importante para mí es hacer bien mi trabajo…”

Y como lleva una vida trepidante pues lo que menos le apetece en estos momentos, de tener un fin de semana libre, es hacer planes. Digamos que su finde ideal sería dedicarse a esa cosa que a veces resulta tan beneficiosa: La nada absoluta. “Ja, ja, sí, ahora, en estos momentos de tanto trabajo, mi fin de semana ideal es estar tranquila en mi casa. O ir a la playa de escapadita. Eso sí, a veces no está mal salir de noche por ahí y pasártelo bomba”, me explicaba cuando sonó el “riiiiiiiing” del cine que avisa de que la película va a comenzar. 

El actor Iban Gárate con su enamorada en el filme, Blanca Suárez. Foto: CC

Por supuesto, también estaba el protagonista del filme, Iban Gárate, que iba de aquí para allá, charlando con unos y con otros, contento como unas castañuelas. Se le veía realmente ilusionado. Al fin y al cabo, este es su primer proyecto importante, y al menos a nivel nacional, y podemos decir que ha superado el debut más que dignamente. “Yo me presenté al casting tan tranquilo, pues pensaba que no me iban a coger. Pero me cogieron”, decía, vivaz. Es de Azkoitia, Guipúzcoa, y todo aquello le encanta, claro, pero ya valora seriamente la posibilidad de venirse a Madrid y dar el salto. El salto hay que darlo cuando se puede dar, y todo parece indicar que este joven vasco está a punto de montarse en ese tren que nos hace saltar y que pasa por delante de nosotros sólo una o dos veces en la vida.