sábado, 16 de febrero de 2013

Blanca Suárez: “Hay un antes y un después de ser una chica Almodóvar”


Dueña de una de las miradas más intensas de la pequeña y la gran pantalla, solo su sonrisa logra robar protagonismo a la energía que desprenden sus ojos castaños. Y es que la actriz no se transforma delante del objetivo. Ella es así: toda una lección de elegancia personificada. Hace solo seis años que esta madrileña de 24 se enfundó el uniforme de alumna ejemplar en El internado.


En este tiempo, la actriz de El barco se ha convertido en un nombre clave de la nueva generación de actores española y objetivo predilecto de los flashes en todo photocall y alfombra roja que se precie. Ahora, la actriz de mirada magnética regresa a la gran pantalla bajo las órdenes de Pedro Almódovar en Los amantes pasajeros, una vuelta a la comedia más irreverente del director manchego, donde demuestra que lo suyo con la cámara no es un idilio fugaz, y donde comparte cartel, aunque no escena, con su novio, el actor Miguel Ángel Silvestre.

Guapa, con estilo, enamorada y en la cima de su carrera... ¿Qué más se puede pedir? Mejor, se lo preguntamos a ella.



A punto de estrenar tu segunda cinta con uno de los directores más admirados, enamorada de uno de los actores más deseados, dueña de una de las bellezas más fotogénicas del séptimo arte... La verdad, entran ganas de ser tú. Confiesalo, por favor: ¿Blanca Suárez lo tiene todo?
Me lo han dicho alguna vez. Pero yo creo que la mayor característica del ser humano es que somos muy inconformistas: nunca somos cien por cien felices. Nosotros mismos nos boicoteamos. Yo no tengo motivos para quejarme, pero siempre hay algo que te entristece el día. Aunque es cierto que a nivel profesional van a cambiar muchas cosas... Pero no puedo decir nada, ¡me cavo una tumba grande!

Me asustas...
Dejémoslo en que la situación está muy complicada.

No está siendo un principio de siglo fácil para nadie.
Y soy consciente de que soy una privilegiada. Todos mis amigos se están yendo y me están dejando sola en España. Incluso mi hermano se lo está planteando.

Siempre has dicho que tu familia era un pilar muy importante para ti. Hace tan solo dos años, vivías con tus padres y confesabas que no querías crecer demasiado pronto. ¿Ha llovido mucho desde entonces?
¡Sííí! Cuando trabajas desde los 17 años, te pasas el día fuera de casa y tienes que madurar rápido. Ahora soy independiente, pero no he cambiado tanto: ¡y sigo yendo a comer a casa de mi madre siempre que puedo! [ríe].

¿Cuál es el mejor piropo o la crítica que no olvidarás?El mejor piropo es cuando alguien dice: “Eres una persona muy normal”. Y tú piensas: “¿Qué esperabas?” [ríe].

Alguien normal que, a pesar de ello, o gracias a ello, se ha convertido en un icono de moda y belleza, protagonista habitual en todas las revistas. ¿Eres consciente de tu éxito?Es bastante raro. Hace nada yo compraba esas revistas... ¡y ahora cuentan conmigo! Yo soy de las que me estudio todos los estilismos de las actrices en las alfombras rojas.

Ahora se acercan los Goya. ¿Has elegido ya tu modelo?
Aún es pronto. Pero sí es verdad que se mira mucho ir bien. Yo intento ir acorde con mi personalidad, no sentirme disfrazada... Aunque... ¿para qué?: para que luego salgas un día a la calle en chándal ¡y te hundan! [ríe].

¿Miguel Ángel y tú sentís el acoso de la prensa rosa?Es algo esporádico, pero sí he tenido días malos. A veces te dan ganas de coger la cámara y tirarla al suelo... Llegas a sentir cosas que no crees que pudieras sentir.

Hay quien piensa que salir o no en la prensa del corazón es un termómetro del éxito...Hay un poco de eso, es curioso. No sabes cómo medirlo, pero lo cierto es que es una injusticia. Es injusto que el público que consume esa prensa crea que un lunes por la mañana no puedas salir a la calle como te sale del moño. Lees cosas tipo: “Oooh, va sin maquillar”. Pues... ¡claro!




¿Ayuda compartir profesión con tu pareja?Claro que ayuda. Aunque hay ventajas e inconvenientes. La comprensión es una de las ventajas. El inconveniente es que en casa no se habla de otra cosa.

¿Hay algún tipo de rivalidad entre vosotros?No, para nada.

Trabajasteis mano a mano en Los Pelayo. ¿No os apetece volver a rodar juntos?Sí. Nos han llegado muchos guiones, y ha habido cosas que han estado a punto, a punto. Supongo que no tenía que ser.

¿Y a qué esperáis para dar ese ‘sí, quiero’ de cine?Es algo que tienes que plantearte. Ya salimos en las revistas todo el tiempo, y la gente puede cansarse de ver a los mismos haciendo siempre lo mismo.

¿Hay un antes y un después de ser ‘chica Almodóvar’?Sí, hay un antes y un después, sobre todo a nivel personal. Trabajas con este hombre, que es casi lo más a lo que se puede aspirar... y, después, ¿qué? Debes aceptar que no todos los proyectos que lleguen sean de ese calibre.

Hasta ahora no te ha ido tan mal: tu currículum muestra nueve películas y tres series de televisión ¡en seis años!Es cierto que me han ocurrido cosas muy potentes en muy poco tiempo pero, desde dentro, se vive muy diferente. Es como si vieras todo lo que se forma a tu alrededor sentada en una silla, y te preguntas: “¿Todo esto es por mí?” [ríe].

En tu nueva película, tu personaje entra en escena por una carambola del azar... o del destino. ¿En qué crees tú?Yo creo mucho en el destino, en que todos tenemos una misión en la vida, una meta. Tú eliges el camino largo o el corto, pero el final es el mismo.

¿Y a ti, dónde te llevan tus sueños?Con quedarme como estoy ¡me conformo! A nivel profesional, me gustaría trabajar en otros idiomas.

¿Y a nivel personal?
Lo mismo, quedarme como estoy, que es muy difícil, mantener la estabilidad emocional... ¡No tengo tantos sueños!

En la película de Almodóvar, tu trama es la única que tiene lugar en tierra firme. ¿A ti te acusan de estar en las nubes o de vivir con los pies en la tierra?Un poco de todo. A veces necesito evadirme, y como no tengo mucho tiempo... mi falta de concentración es importante [ríe]. Pero soy muy realista. Demasiado, incluso.

Te hemos conocido como alumna en El internado, superviviente en El barco, joven atormentada en La piel que habito... ¿Quién es Blanca Suárez realmente?La más parecida a mí es la protagonista de El barco. Tenemos unos valores y un sentido del humor similares.


En tu web oficial destacan de ti tu “simpatía, talento e irresistible mirada”. ¿Estás de acuerdo?Ummm... Estupendo [ríe]. No sé qué decir... ¡Pasapalabra!

A ver si te reconoces más ahora: “Ciclotímica, casera, amante de las novelas de suspense, adicta a los espaguetis e intolerable con el desorden”. Lo has dicho tú.¡Esa sí soy cien por cien yo! Respecto a lo de ciclotímica, no quiero decir que sea bipolar, pero sí es cierto que los días tristes me deprimen y el sol me alegra la vida.

¿Cómo te imaginas dentro de una década?No creo que cambien demasiadas cosas, la verdad. 

¿Entran en tu destino planes para formar una familia?¡Todos los del mundo! 34 o 35 parece la edad ideal para tener un hijo, pero ¡a saber! Luego la vida pasa volando.

Antes de terminar, “cuéntame un cuento”... Ese es el título de tu próximo proyecto, ¿verdad?Sí. Es un ciclo de cuentos llevados a la actualidad en versión thriller. Yo soy una Blancanieves un poco choni.

¿Tú eres de las que crees que los cuentos de hadas son los culpables de muchos males de la población femenina?Pues ¡sí! Si nos hubieran contado los cuentos de verdad, no la versión edulcorada de la historia, quizás nos hubiera ido un poco mejor. Yo no soy partidaria de edulcorar mucho las cosas: así evitas las decepciones.

¿No eres fan de las historias con final feliz?
No necesariamente. Cuando se cierra una puerta, se abre una ventana. ¡Así es la vida!

Estilo camaleónico:

Sus básicos de moda:
“Camisetas y vaqueros: es lo que suelo llevar a diario”.Para un evento especial elige:“Me encanta la firma Sandro. Y, por supuesto, Valentino”.La joya de su armario:“Una rebeca muy vieja de American Vintage, de cachemir. Los demás la detestan y yo ¡la adoro!”.Sus referentes de estilo:“Natalie Portman y Diane Kruger”.Su debilidad:“Los bolsos y, sobre todo, los zapatos. Me encantan los de la firma Miu Miu”.
Un capricho:“¡Un vestidor enooorme!”.



Belleza ultrachic:

Su ritual básico:“Limpieza de rostro día y noche”.Sus cremas fetiche:“Me gusta probar marcas. Ahora acabo de descubrir la firma Biology,”.No sale de casa sin:“Máscara de pestañas”.Para la noche:“Ojos ahumados y labios con color”.Sus direcciones:“La clínica Armonía, para masajitos, el centro de estética Carmen Montalbán y, para el pelo, Alberto Cerdán”.

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